domingo, 18 de septiembre de 2011

El Diseñador y el medio ambiente social


Además de enfocarse en los aspectos físicos y tangibles del desarrollo del Diseño Industrial en México, el autor hace especial énfasis en la relación social y cultural que tienen las personas con los objetos.

Una persona no sólo usa un objeto con el fin de satisfacer una necesidad o resolver una problemática que se le presenta, sino que emplea un objeto de primer nivel o con alta tecnología para reafirmar su estatus social y su posición dentro de una sociedad materialista.

El usuario construye su propia realidad mediante los adornos y ornatos que puede imprimir en sí mismo y en su ambiente con el fin de llenar algunas necesidades estéticas particulares. Independientemente del objetivo fundamental de un electrodoméstico, algún aparato electrónico o cualquier otro objeto, por más elitista que éste sea, el espíritu mexicano no duda en plasmarle su huella con el montón de ‘stickers’ de colores, las figuritas coleccionables y demás objetos artesanales que sólo en éste país podríamos mezclar.

Y para hacernos sentir que nada de eso vale la pena, los comerciantes se valen de eso para introducir al mercado la idea de que lo único que merece nuestra atención son los productos extranjeros, tal como menciona el autor:

“Nos ensartan el ‘styling’ derrochador y el ‘confort’ de los vecinos de allá arriba; la ‘funcionalidad’ alemana; el ‘glamour’ francés; la ‘artisticidad’ italiana; la ‘tecnología’ japonesa; la ‘racionalidad’ nórdica; y así por el ‘estilo’.”

Ahí para los Diseñadores Industriales mexicanos no queda más que buscar abrirse un pequeño espacio en esta sociedad ‘estandarizadora homogenizadora uninacional’ para hacer crecer al D. I. como la gran herramienta en la que podría convertirse en este mundo moderno.


Italia Valera Tapia

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