domingo, 18 de septiembre de 2011

Materiales.... para los diseñadores industriales.

Si bien México se encuentra enredado en un entramado que está constituido por muchos hilos, nodos y tensiones cuya complejidad nos hace pensar que esta maraña no se creó ayer; fue construyéndose a lo largo de los años y hoy en día vemos sus consecuencias; por mencionar algunas y para efectos de este post  hablaremos de la problemática alrededor de la explotación y aprovechamiento de los recursos del medio ambiente.
Hoy en día México carece de una infraestructura sólida que le permita explotar sus recursos de manera sustentable; si hoy en día en la industria del mueble se utiliza el oyamel es porque falta de un aparato que pueda realmente regular la explotación y reposición de los bosques; si la producción de otras maderas es tan baja es porque no existen más áreas que talar, los bosques de maderas duras están prácticamente sin árboles. Por eso incluso en la producción de muebles de lujo se le ha dado otro acabado a la misma madera que se utiliza para hacer muebles “rústicos” que suponen una identidad muy mexicana, un vínculo con lo “colonial”.  El diseñador industrial en México no tiene madera de dónde cortar (sic), así tampoco tiene los conocimientos de estas maderas tan ignoradas por la industria y los usuarios. ¿ Por qué conformarse con los aglomerados y madera estándar si tenemos otros materiales? Bueno, cabe mencionar que tampoco existe una infraestructura que nos permita aprovechar las fuentes de petróleo y demás recursos que son tan abundantes en México, no tenemos tecnologías que nos permitan transformar el petróleo, importamos los derivados del petróleo (algunos) así que resulta impensable en desarrollar nuevos materiales en conjunto con nuestros proyectos o necesidades.
Evidentemente gozamos de un país rico en recursos, pero si no existe una conciencia en todo el sistema el proceso de obtención y uso de las materias primas no estamos concretando nada. Esto es sólo parte de un eslabón que junto con otras problemáticas tecnológicas y sociales estamos sujetando y justificando nuestra identidad como creadores y como mexicanos. ¿Qué podemos hacer? Si no buscaramos la respuesta día a día en nuestro trabajo como profesionales no tendríamos derecho de llamarnos diseñadores industriales, mucho menos mexicanos.
                                                                                                                                      Javier Tapia Muñiz

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